El inicio de la temporada de veda del camarón de río llama a reflexionar sobre el equilibrio entre la sostenibilidad ambiental, el desarrollo económico y el respeto por los ciclos naturales de esta especie única. En el Perú, el camarón de río representa mucho más que un recurso natural; es un elemento esencial de las dinámicas económicas y sociales de las comunidades fluviales. Desde tiempos prehispánicos, ha sido parte del entorno y el sustento en la costa peruana, con evidencia de su importancia cultural y económica en las antiguas civilizaciones. Hoy, este crustáceo continúa siendo el centro de una actividad productiva que vincula el respeto por la naturaleza con el desarrollo humano. Frente a una explotación que puede amenazar su equilibrio, la temporada de veda, programada desde el 03 de enero hasta el 31 de marzo del 2025 según RM 000491-2024-PRODUCE, se convierte en una herramienta indispensable para garantizar su reproducción y sostenibilidad. La protección del camarón durante la veda no es un esfuerzo aislado. Este periodo también resalta la importancia de una gestión integral que vincule a las comunidades, las autoridades y las organizaciones locales en torno a un objetivo común: garantizar la continuidad de un recurso clave para el país. Es en este contexto donde las iniciativas sostenibles juegan un papel esencial, demostrando que el compromiso conjunto puede traducirse en resultados concretos y duraderos para el medio ambiente y las economías locales. El Programa de Sostenibilidad del Camarón de Río desarrollado por Celepsa, empresa de generación de energía eléctrica que opera desde hace más de dos décadas en el río Cañete, se ha consolidado como un referente nacional en la conservación de esta especie. Este modelo integral y de trabajo colaborativo con actores locales, se basa en pilares como la capacitación de asociaciones camaroneras, el repoblamiento de juveniles, monitoreo de las poblaciones y el control efectivo de la actividad extractiva en el rio Cañete. “A través del trabajo conjunto con la Dirección Regional de Producción del GORE Lima, el Ministerio de la PRODUCCION y las Asociaciones Camaroneras, se ha logrado no solo proteger al camarón, sino también empoderar a los camaroneros, posicionándolos como actores clave en el manejo sostenible del recurso camarón en el río Cañete”, menciona Ana Muñoz, jefe de desarrollo hidrobiológico de Celepsa. Con un crecimiento poblacional de la especie en el río Cañete que supera 2200% y la triplicación de los ingresos mensuales de los extractores de camarón, el programa ha demostrado que el equilibrio entre conservación y aprovechamiento es posible. Además, el impacto positivo se extiende a sectores como la gastronomía local, que encuentra en el camarón un insumo de calidad, alto valor cultural y económico. Este programa ha recibido distintos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional Ambiental COP21, lo que refleja la trascendencia de estas acciones colectivas. Sin embargo, los retos persisten. La lucha contra la pesca informal y la sensibilización de la comunidad sobre la importancia de respetar la veda son desafíos constantes. En este sentido, las asociaciones camaroneras de Cañete, apoyadas por organismos locales y regionales, se han convertido en los protectores y promotores de una “cultura del camarón” que trascienda las generaciones. Más allá de una norma, el inicio de la veda es un llamado a proteger un recurso valioso para la localidad. “Cada esfuerzo, desde el respeto a las disposiciones hasta el fortalecimiento de las asociaciones camaroneras, refuerza un compromiso compartido: mantener vivo el camarón de río. Las acciones que hoy desplegamos crearán un legado positivo para las generaciones futuras y mantenemos nuestro firme compromiso de seguir aportando con el cuidado de los ríos y la diversidad biológica”, finaliza Ana Muñoz.