Durante mucho tiempo, la industria en el sur de Lima ha estado limitada por la geografía y regulaciones de la zona. Sin embargo, este panorama está cambiando. Lugares como Lurín, Punta Hermosa, Punta Negra, San Bartolo y Chilca, se vuelven atractivos para la inversión y vienen siendo considerados como espacios únicos para proyectos sostenibles.
La conectividad también desempeña un papel crucial en este panorama en evolución. La proximidad a la Panamericana Sur, a un centro comercial, junto con la planificación del tren de Lima a Ica, promete una mayor integración y acceso a para los residentes del sur de Lima. Además, los terrenos en zonas como Chilca cuentan con los servicios básicos para poder desarrollar viviendas y promover el desarrollo sostenido en el tiempo.