LA MUJER EN LA IGLESIA...
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Publicado en 16/09/2022

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

En este pasaje bíblico hay un detalle impresionante. Se trata de la presencia de las mujeres en la misión de Jesús.  El Señor las acoge, fortalece, valora y hace partícipe de su misión. En toda la biblia se puede apreciar el alto valor que se concede a la mujer. Jesús mismo atendió, ayudó, acogió a mujeres de toda edad, condición y raza.

Eso quiso también para su Iglesia. Por tanto, no tendría que haber ninguna discriminación. Es más, la Iglesia Católica respeta en toda su integridad la dignidad de la mujer. Lucha y alza su voz para custodiar su dignidad y trato justo. La base es que hay igual dignidad entre el varón y la mujer, pues ambos es obra a imagen y semejanza de Dios.

Miremos algunos detalles de Dios para con la mujer. La primera criatura que expresa el fruto de la santidad es una mujer, María la Madre de Dios y madre nuestra. Las primeras testigos de la resurrección de Jesús son las santas mujeres.

En la historia de la Iglesia han existido y existen mujeres totalmente comprometidas con obras educativas, apostólicas, misioneras, caritativas, heroísmos, emprendimientos, gestiones de proyectos en beneficio de toda la humanidad. Por ejemplo, pensemos en santa Juana de Arco, Catalina de Siena, Rosa de Lima, Teresa de Calcuta, Alexia, cada mujer que saca adelante su familia, sus proyectos, y obras solidarias y muchas más que con su fe y valor dejan huellas en la historia.

La Iglesia ha insistido en tomar conciencia en la dignidad, su promoción y la presencia insustituible de la mujer en la Iglesia y la sociedad. Juan Pablo II decía: “su papel es capital hoy en día, tanto para la renovación y humanización de la sociedad” (IS, 10).

¡No más violencia hacia la mujer! Con esa mirada de trascendencia la mujer humaniza la sociedad, sino ¡cuál sería la marcha de la civilización! ¿Te admiras, agradeces, respetas, custodias y promueves la dignidad de la mujer? Gracias madres, hermanas y amigas.

Buen día.

P. Arnaldo Alvarado

 

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