EL FIN DE UNA ERA
Con éste titular nos da la noticia el diario Perú 21, sobre la muerte de la reina inglesa. Luego de más de 70 años, la reina Isabel II, fallece y deja de gobernar, para que sea coronado el sucesor, su hijo Carlos III. Será así reconocido por el Parlamento inglés y por todos los gobiernos del mundo. A la reina le falto sólo cuatro años para el siglo.
70 años de reinado que, a pesar de las dificultades políticas, sociales y bélicas, supo mantener a su país en el liderazgo mundial. Tuvo que luchar la cruenta guerra mundial del 39 al 45, en su enfrentamiento con el EJE, donde supo poner a Winston Churchill, como Primer Ministro, que junto a ella ofrecieron “sangre, sudor y lágrimas” a su pueblo, pero salió airosa.
Si bien es cierto que la Cámara de los Comunes rige la vida británica, legal y organizativamente, el rey designa a la Cámara de los lores, que tiene una función consultiva, pero que no puede modificar ni negar leyes aprobadas por los Comunes. Carlos, ha esperado 70 años para poder ascender al trono, Ha tenido una larga espera.
70 años de gobierno, con más éxitos que fracasos, los que supo capear. Problemas más que todo sociales y de tradiciones de la corona inglesa, una de las más rancias a través de la historia mundial.
Qué diferencia con nuestro país. Enorme diferencia, porque apenas con un año de gobierno de nuestro presidente, tenemos un sinnúmero de tardes grises y tragos amargos. Donde algunos se creen “reyes” en un país demócrata. Toman y prostituyen esta palabra, como les apetece y ponen al pueblo como su pendón.
Sabiendo que los familiares de un funcionario del gobierno, no deben contratar con el Estado, y se le cuestiona por ese hecho, el señor Aníbal Torres responde “muéranse de envidia”. ¿Creerá la gente que eso es ético y correcto?
Cuando el mandatario del país se presenta a la Fiscalía, guarda silencio. ¿No dijo acaso que iba a colaborar en todas las investigaciones? Qué diferencia de manejar el honor y la responsabilidad. En Inglaterra, éstos son principios básicos que priman en todos los actos de los gobernantes, lo que lamentablemente no ocurre en nuestro país.
Comienza a cansar ya, el manido y permanente argumento de “provinciano”, “serrano”, “terruco” y otros más que utiliza, cada vez que se presenta en provincias, tratando de enfrentar y dividir al pueblo de nuestro país, ¿Cuándo llegará el fin de ésta era?
