Entre incienso y cantos, la venerada imagen del Señor de los Milagros se preparaba, el domingo 26 de octubre, para iniciar un recorrido histórico rumbo al Callao, el primero en más de dos décadas. A las 6:50 a. m., los fieles rompieron en aplausos cuando el Nazareno Móvil —el vehículo especialmente acondicionado para su traslado— inició su marcha hacia el primer puerto, luego de su salida del templo de las Nazarenas en la avenida Tacna.
El trayecto fue un verdadero río de fe. Desde el Centro de Lima, la imagen avanzó por la avenida Nicolás de Piérola, para luego tomar la ex avenida Colonial —hoy Óscar R. Benavides—, atravesando Tingo María, Mariano Cornejo, Universitaria y La Marina, hasta alcanzar la Guardia Chalaca.
A cada paso, miles de devotos se congregaban a ambos lados de las avenidas: algunos rezaban en silencio, otros agitaban pañuelos morados, y muchos no pudieron contener las lágrimas al ver pasar al Cristo Moreno.
A las 10:30 de la mañana, el Nazareno Móvil cruzó el límite entre San Miguel y el Callao. El recibimiento fue multitudinario. En el estrado oficial, el presidente de la República, José Jeri, el alcalde del Callao, Pedro Spadaro, y diversas autoridades locales dieron la bienvenida a la imagen. Los aplausos retumbaron mientras los fieles entonaban el tradicional “Perdona a tu pueblo, Señor”.
En la intersección de Guardia Chalaca con Sáenz Peña, el anda descendió del vehículo para continuar su trayecto a pie, cargada en hombros por la Hermandad del Señor de los Milagros. Era el momento más esperado.
El paso solemne del Cristo de Pachacamilla por las calles chalacas se vivió con emoción contenida. Desde los balcones caían pétalos de flores, mientras los cargadores, con paso firme y compás perfecto, avanzaban entre oraciones y cánticos.
Uno de los momentos más emotivos del día se vivió en el cruce de Sáenz Peña con República de Panamá, donde el Señor de los Milagros se encontró con la imagen de la Virgen del Carmen, patrona del Callao.
Las dos andas se inclinaron en señal de respeto y hermandad. Los fieles, muchos con lágrimas en los ojos, vivieron el gesto como un reencuentro de madre e hijo, símbolo de unidad espiritual para todo el pueblo chalaco.
La jornada culminó con la misa central a las 3 de la tarde en el cruce de las avenidas Sáenz Peña y Pacífico. Un gran altar fue levantado para la ocasión.
La ceremonia estuvo presidida por el cardenal Carlos Castillo, acompañado por monseñor Luis Barreda, obispo del Callao, y monseñor Miguel Ángel Contreras, obispo auxiliar. Miles de fieles participaron en la liturgia, elevando plegarias y agradecimientos.
Durante todo el recorrido, el Ministerio de Salud desplegó un amplio dispositivo de emergencia, con 11 ambulancias y un puesto médico avanzado, atendiendo a varios participantes por descompensaciones menores.
Al caer la tarde, entre el brillo de los cirios y el eco de los cánticos, la imagen del Señor de los Milagros se despidió del Callao con la promesa de volver. Para muchos, el regreso del Cristo Moreno no fue solo una procesión, sino un renacer de la fe que une a Lima y al primer puerto bajo un mismo manto morado.
“Hoy el Callao volvió a latir al ritmo de la fe”, dijo una devota entre sollozos, mientras la multitud coreaba: “¡Viva el Señor de los Milagros!”
En Imperial - Cañete, la imagen del cristo moreno recorrió las calles del Cercado de Imperial, y se dirigió hacia el Centro Poblado de Ramos Larrea, derramando sus bendiciones a todos sus fieles.
