Ante un estadio completamente lleno, ASA F. C. de Chancay logró una valiosa victoria por 1-0 frente Bella Esperanza; en el partido de Ida de los Cuartos de Final - Ida Etapa Departamental de Lima. Sin embargo, lo deportivo quedó parcialmente opacado por el escandaloso arbitraje protagonizado por el cuarteto designado para el encuentro.

El juez principal Vicente Obispo, junto a sus asistentes Edison Toribio, Kevin Baldocea y el cuarto árbitro Fernando Lores, protagonizaron una de las actuaciones más polémicas en lo que va del torneo. Falta de autoridad, decisiones inconsistentes, permisividad ante la violencia verbal y física, y un total descontrol del juego marcaron la jornada.

Durante el encuentro, el árbitro fue amenazado y agredido físicamente, más de una vez en escenas que escandalizó a todo el estadio.

La actuación de Vicente Obispo fue tibia, temerosa y peligrosamente permisiva, generando un ambiente de tensión constante en el campo.

La falta de personalidad del equipo arbitral no solo afectó el ritmo del juego, sino que también puso en riesgo la integridad de todos los presentes.

La Copa Perú exige árbitros a la altura de las circunstancias. Lo vivido el domingo no puede repetirse. No se trata solo de errores arbitrales, sino de una inacción absoluta frente a la violencia, algo que debe ser denunciado con firmeza.