Excepcional, sensacional, increíble. Los adjetivos calificativos asoman por mi mente y los dedos se deslizan traviesamente por el teclado.
Hacía mucho tiempo no se vivía un logro de esta naturaleza. Siempre fuimos inveteradas víctimas de la derrota. Desilusiones, tristezas, amarguras que daba la pobreza de nuestro fútbol. Apenas triunfos esporádicos que quedan en el CPU de la memoria con ratones que nos hacían vivir momentos gloriosos, cuando éramos niños antes de ejercer este oficio. Lo quiero comparar con algo y parecerá que exagero. Y asoma el Perú – Argentina del 69, el Perú - Bulgaria del 70, el Perú – Escocia del 78, el Centenariazo del 81, cuando dejamos mudos a un mítico estadio y a todo un país.
Siempre encajados entre la diatriba y el denuesto. La burla de los rivales. Los peruanitos juegan bien, pero son muy frágiles. Por eso los queremos a nuestros próceres que nos dieron tantas alegrías. El Nene, el Cholo, Chumpi, Roberto, Cachito, el Diamante, el Poeta. Por eso los queremos. Alegraron nuestras vidas de niños e íbamos al colegio henchidos de victoria.
Nuestro maravilloso fútbol fue desapareciendo de a poco. Por las incoherencias de los dirigentes, por las inconductas de una generación que pudo, pero no quiso y por eso volvió a creer y conseguimos el objetivo de volver a un Mundial, después de tantos años.
Y ahora nos volvemos a ilusionar con este Alianza. Seguro, ni ellos saben lo que han logrado. Ganarle una clasificación a un equipo brasileño. A un grande de la región. Que no esté pasando por un buen momento, nos es problema nuestro. Gremio es un grande., Ha ganado una Copa Intercontinental, tres Copa Libertadores, dos Recopa Sudamericana (1996 y 2018), dos campeonatos brasileños, cinco Copas y una Supercopa de Brasil. Esos son sus pergaminos. A ese equipo ha eliminado Alianza. Junto a Internacional son la pasión de Porto Alegre. Disfrútalo Alianza, algún día se recordará que te tumbaste a Boca y a Gremio. Nada más y nada menos
Bien planteado el partido por el Pipo Gorosito. Un argentino pelotero, de barrio, de potrero, que no fue más en su país porque apareció Maradona y opacó a todos. Ese Gorosito que fue defenestrado por un tal Flavio Azzaro, quien vino sospechosamente al país a tirarle barro y en las redes le creyeron y se le fueron encima al buen Pipo. Un “periodista” sin códigos. Eso no se le hace a un entrenador por más veneno que se destile. En fin, qué dirá ahora ese angelito. Pero para qué darle bola a tipos como ese. Ese Pipo planteó bien el partido. De manera inteligente. “La mejor arma en el fútbol es el juego. Alianza en el primer tiempo se defendió jugando”, me escribe Jaimito Duarte, por el WhatsApp. Y yo coincido
El viejo Hernán Barcos, un tocado por Dios (debe ser muy buena persona), me gustaría entrevistarlo para conocerlo mejor. Si así juega de viejo, como habrá jugado en sus años mozos. Como capitaliza, sin nervios, sin dudas. Minutos antes había fallado Quevedo en la misma posición, pero el Pirata no cree en nadie cuando está frente al arquero. Soberbio pase de Gaibor para silenciar un estadio. No te mueras nunca Barcos, quédate a vivir con nosotros. Tipos como tú necesitamos en el Perú.
Me gustó Sergio Peña, preciso, inteligente, nadie lo elogia, pero yo sí. Bien Trauco, sin nervios ante la incursión de los atacantes. Guillermo Enrique aplicado. La fiereza de Zambrano y Garcés para apagar incendios. Enorme el Billy Viscarra, un arquero que te calma los nervios. El Loco Quiroga me contó una vez que, ante sendas atajadas con valentía y coraje que Chumpitaz le decía: “Qué huevos que tienes Loco. Y mirá quien me lo decía”. Falló Eryc Castillo. Le conté más de una docena de pases perdidos. No fue su noche, pero se le perdona.
¿Qué me dejó Gremio? Nada. Solo peligroso en pelotas paradas. Nunca llegó en un mano a mano. Allyson y Villasanti, desesperados. Igual que su DT, el Mano Menezes. Tenía una cara de pavor y veía nervioso el orden de Alianza, que no dejaba espacios. Y los minutos pasaban. No pudo ante un rival, que le sobra años y experiencia. No hay que dejar de lado a Franco Navarro, mérito de contratar jugadores que responden. Para eso hay que tener pupila y Franco, respira fútbol.
Gracias Alianza por darle alegría a los hinchas aliancistas y por qué no, de todo el país. No se trata de no reconocer un buen logro, se trata que seamos más unidos al margen de las bromas y la chacota. No nos podemos disparar a los pies y negar lo evidente. Siempre me voy a alegrar cuando un equipo peruano haga partidos como éste.
Anoche, tras el cierre de la edición, no quise escribir. La madrugada es silenciosa y permite elucubrar mejor las ideas. Ganó Alianza y ojalá siga así. Ya lo demostró que puede y Dios lo alumbre en lo que sigue de esta Copa. Amen.
