Hoy 17 de julio, el Gobierno Regional de Lima cumple 23 años desde que se inició el proceso de descentralización.
Se suponía que era para acercar el desarrollo a las provincias, pero la realidad nos grita otra cosa.
Han pasado 6 gestiones, 5 gobernadores (uno repitió), miles de millones ejecutados... y seguimos con obras inconclusas, deficiencias técnicas, corrupción, y funcionarios con denuncias que rotan de cargo en cargo.
La actual gobernadora, Rosa Vásquez Cuadrado, lidera la gestión con el mayor presupuesto histórico: más de 1,100 millones. Pero va en el puesto 14 de 26 en capacidad de gasto, es la que más recursos ha recibido… pero está entre las últimas en ejecución de gasto.
Y más grave aún: obras mal hechas, serias observaciones de Contraloría, y un equipo plagado de cuestionamientos.
Aunque los números parecen abultados, lo cierto es que muchas de las obras carecen de avance físico o presentan graves deficiencias técnicas.
La creación del sistema Invierte.pe (tras la derogatoria del SNIP en 2016) no logró cambiar esa tendencia.
En todas las gestiones se repiten problemas como:
• Falta de transparencia
• Favorecimientos políticos
• Proyectos inconclusos o mal ejecutados
• Funcionarios con denuncias que siguen rotando en entidades públicas
• Contraloría alertando sobre obras deficientes
Finalmente, la descentralización solo fue una promesa. Hoy es una frustración... y la verdad es que en ese estado de cosas... hoy, no hay nada que celebrar.