Desde que conocí a Rosa Vásquez, como una reconocida comunicadora social, nunca imaginé que la ambición y el poder le iba cambiar la vida y terminar su carrera política, envuelta en conductas inapropiadas que lindan con la incapacidad para gobernar y la corrupción.
Y es innegable que la mayoría de huarochiranos teníamos la esperanza que con su llegada al sillón regional se venían las grandes obras en beneficios de los pueblos de Huarochirí.
Sin embargo, nadie puede ocultar, que en dos años y 4 meses no ha mejorado, ni asfaltado un solo metro de carretera ni en la zona norte y menos en la zona sur, cuya situación de las mal llamadas carreteras, es deplorable y por cierto sin buenas carreteras, no hay turismo y menos desarrollo.
Al parecer Rosa Vásquez desde que inició su mandato logro armar un aparato de gestión no para hacer un buen gobierno, sino para buscar el beneficio propio, tanto así que su desesperación por el poder le llevo a renunciar a su movimiento y afiliarse al partido de César Acuña.
Entre tanto, habrá que esperar el desenlace final del dictamen, de quienes tienen en sus manos los procesos judiciales abiertos contra la gobernadora regional de Lima Rosa Vásquez Cuadrado, por presuntos y cada vez más evidentes actos de corrupción cuyo futuro cada vez se pone más negro.
Finalmente, estos hechos de corrupción que han inundado las redes, revelan que la mayoría de gobernantes toman el cargo como un negocio para sacar el máximo provecho personal o en pareja familiar. La peor opinión es el silencio. (Reporteros en Acción Oficial)
