“MIENTE Y MIENTE... QUE ALGO QUEDA...”

Cuando observamos que casi toda la zona sur y parte de Limeños, apoyan las marchas y protestas de los manifestantes, nos preguntamos cómo es que, en apenas un mes, han logrado captar tantos adherentes. Incluso, existen indicios muy claros de que las movilizaciones no terminarán muy pronto.

Ya el ejecutivo sabe que el financiamiento, o sea los recursos económicos para la movilización y permanencia en Lima, de los grupos provincianos, viene de ciertas economías como la minería ilegal, el narcotráfico y el contrabando.

Por supuesto, y para encubrir dicho financiamiento, también se pide y consiguen aporte, voluntarios o no, de parte del pueblo y gente que cree en estas luchas “reivindicatorias”. Estratégicamente, primero consiguieron las muertes de personas, probablemente bien intencionadas o engañadas, logrado esto, ya tienen los mártires para justificar sus acciones vandálicas y atraer más seguidores.

Estos grupos ya pueden gritar “Dina asesina”, “que renuncie Dina”, “Congreso cómplice”, “elecciones inmediatas”. 

Felizmente no han podido doblegar a la presidenta Dina Boluarte, cuyo carácter ha resultado el mayor obstáculo, porque el Congreso no es problema para desautorizarlo y sacarlo de carrera, por la poca aprobación popular que tiene.

Un “gallo” que está esperando su oportunidad, es Ollanta Humala. Callado hasta hace poco, ya salió a decir en sus arengas, “el mejor movimiento de izquierda en el Perú ha sido sendero luminoso”, lo que demuestra sus limitaciones políticas e intelectuales. 

Ya se siente el comandante Chávez o Maduro, y que probablemente llegue al Congreso.

Otra de las razones que muchos marchen, siguiendo estos movimientos, es que Castillo durante su gobierno, sembró mucha cizaña y, predicó que el enemigo es Lima, donde se encuentra el centralismo que no les permite desarrollar a las provincias. 

No del todo cierto, pero que tiene asidero ante la necesidad de los pueblos del interior.  

Pero también hay que reconocer, que no sólo el centralismo es el causante, cuando encontramos a un gran porcentaje de Gobernadores denunciados por apropiación ilícita de los bienes del Estado o la Región, además del poco uso de los dineros destinados a la región.  Tampoco podemos dejar de lado a muchos alcaldes y funcionarios municipales, que lo primero era sacar “la suya“ y después preocuparse por el pueblo, previo “diezmo”. 

Obviamente no han sido todos, pero muchos están denunciados por su mala gestión. 

La corrupción no sólo se encuentra en Lima, sino en muchos lugares del Perú. 

La verdad se esconde y se vuelve a mentir.

El adelanto de elecciones no nos parece la solución al problema, porque nada nos asegura que los nuevos rostros que ingresen al Congreso, sean los salvadores del país. 

Me imagino que después de los primeros 30 días de gobierno, igualmente serán acusados por incapacidad o corrupción, como ocurre con todos los elegidos. En este caso, el remedio puede ser peor que la enfermedad.