OJO CON EL RÍO REVUELTO...
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Publicado en 14/12/2022

Ya se ha cumplido una semana del autogolpe que se dio Castillo y, aunque unos aún lo defienden con diferentes argumentos, algunos de ellos muy risibles, su suerte ya está definida y, seguramente que le espera unas largas vacaciones en algún penal del estado, acompañado por quienes le prepararon el libreto, de la tragedia que ahora vive.

No causa alegría, más bien preocupación, que otro presidente siga la senda de los anteriores, acusados de corrupción y latrocinio. Tomando desde Fujimori a la fecha, salvo Alan que se suicidó, pasamos por Toledo, Ollanta y luego Vizcarra, están gravemente acusados por diferentes causales, pero la principal, es corrupción. Quiere decir que han llegado al gobierno, a robar.

Podríamos hablar de otros personajes, entre ellos, algunos congresistas, Gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales, funcionarios de confianza o allegados a las autoridades. El fin común, ha sido el latrocinio. Generalmente, las arcas del estado han sido su botín.

Miramos la historia, nuestra o de otros pueblos, algunos cercanos o vecinos, nos muestran esta misma calamidad social. Algunos nos cansamos de señalar a algunos, otros surgen recién, pero nunca termina la relación, comenzando desde antes hasta ahora.

Gonzales Prada señalaba hace dos siglos: “En resumen, hoy el Perú es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota pus” (Propaganda i ataque, 1888).

Otra de sus famosas frases fue: “¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!” (Discurso en el Politeama, 1888).

Dicho con la esperanza que nuevas sangres ingresen a la política, para oxigenar el descompuesto organismo político ya en esa época. Podemos hoy comprobar, que este se sigue descomponiendo cada vez más.

De esta falta de docencia política y de la nula preparación de nuestra juventud, es que sufrimos hoy esta crisis. Faltan principios y valores éticos y políticos.

Ante la anemia política de los partidos, se forman grupos locales o regionales, al mando de un “cacique” político, que con suerte puede llegar lejos y, tal vez, ser presidente de una república que

 

Hace tiempo que no existen partidos fuertes. Quizás los últimos fueron o son sólo sombra de sus ancestros: El Partido Aprista Peruano (PAP), Acción Popular (AP), el Partido Comunista del Perú (PCP), el Partido Popular Cristiano (PCP) o La Izquierda Unida (IU). Al no formar y educar a futuros líderes, dejaron de existir o tener presencia nacional.

A esto se debe que, surgen personajes que fundan un partido a su medida, para fungir de representantes populares y, como es lógico en nuestra América subdesarrollada, convertir en eternos dirigentes y representantes. Dicho en otras palabras, en dictadores.

Este es el caso de los hermanos Castro (Cuba), Chávez y Maduro (Venezuela), Ortega (Nicaragua) y, en todo lugar donde se cambie la constitución Política, para reformularla a su medida. Qué diferencia con Paraguay, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y, otros países desarrollados, que cada vez progresan más y saben vivir en democracia.

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