SOLO ERA UN SUEÑO...
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Publicado en 08/11/2022

SOLO ERA UN SUEÑO...

¡Señor Justin despierte, ya estamos llegando! —  

Casi dormido y aún soñoliento logré oír muy a lo lejos la voz del conductor del auto que me recogiera horas antes del aeropuerto Jorge Chávez en la ciudad de Lima y enrumbase hacia el sur a unos ciento cuarenta kilómetros de distancia.

— despierte ya llegamos —  replicó el conductor

Mis recuerdos pintaban la imagen del ingreso a la ciudad, la bienvenida la daba una estatua de un soberano incaico, mítico personaje mencionado por Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales de unos dos metros de alto, polvorienta y sucia; obra de bastante escándalo por su costo exagerado que muchos consideraron sobrevaluada; al lado un espacio de juegos infantiles inaugurada a finales de la década de los noventa totalmente descuidado y desolado, un sube y baja, un par de pasamanos, otro par de columpios y un par de juegos más; pareciesen imágenes de alguna película de terror por su soledad y descuido, sus puertas cerradas siempre evitando la presencia de niños.

Salí de mis recuerdos, y volviendo la vista al ingreso de la ciudad quedé totalmente impactado a lo que instantáneamente le pregunté al conductor

— ¿Qué le pasó a la ciudad? ¿Hace cuánto tiempo de estos cambios? — 

Lo que antes era un acceso plagado de huecos ahora era un asfalto fino sin baches y sin ningún hueco, la estatua del soberano inca brillaba de limpio y los juegos infantiles ahora estaban abarrotados de niños vigilados por un grupo de policías municipales. Mientras continuamos la ruta con dirección a mi domicilio podía deleitarme con la limpieza de las calles, el tránsito totalmente ordenado, las calles ya no eran las mismas desde que salí de viaje, los accesos a la plaza de la ciudad no tenían que envidiar en nada a las vías de cualquier país desarrollado; sin mirar al conductor volví a preguntar

— ¿Cuándo sucedió todo esto?¿Quién fue el responsable de todo este maravilloso cambio? — 

El conductor bajo la velocidad del auto hasta parar en la intersección de una vía, el semáforo estaba en rojo y aprovechando ese tiempo dijo... 

... y eso que aún no ha visto la carretera hacia los distritos vecinos, ya visitará el ovalo del estadio; nuestra ciudad ya no es la misma, ahora estamos considerados el mejor distrito del país, estamos totalmente ordenados, nos hemos convertido en paso obligatorio de los turistas que viajan a otros lares… —

Aún sin salir del asombro continué gozando con el orden y limpieza de las calles de la ciudad, la plaza principal convertida ahora en un jardín de rosas multicolores, con árboles que abrazaban en una apacible y acogedora sombra a los caminantes que paseaban alrededor, el palacio municipal y la iglesia remozados con sus clásicos colores, todo el contorno de la plaza en un orden envidiable junto a ellos los policías municipales vestidos con uniforme de gala conversaban con los ocasionales turistas; de pronto el estruendo en los cielos de la ciudad ocasionado por fuegos artificiales que explotaban en el aire unos tras otros me despertó, ¡qué lástima, solo era un sueño!, terminé de abrir los ojos procediendo a sentarme a orillas de la cama pensando en la realidad del distrito, lo descuidado de sus vías, el desorden y caos del comercio, el abuso de las empresas de transportes que se han adueñado de las vías de la ciudad haciendo aceras intransitables, y ahora, como colocando la cereza al pastel se aúna la mal llamada feria tradicional por las celebraciones de aniversario y sus excesos.

Esa mañana de noviembre salí de casa con dirección a la plaza de la ciudad ahora invadida por una centena de comercios, un juego mecánico apostado en la parte central, las vías que conforman el contorno de la plaza, a excepción del frontis del palacio municipal todas ocupadas por juegos de diversiones, el mal olor emanado por el río de orines solo es comparado a la descripción que realiza Dante Alighieri en sus infiernos de la Divina Comedia; un par de trabajadores de limpieza escoba y recogedor en mano realizan su mayor esfuerzo para recoger la basura que los ocasionales visitantes dejaron la noche anterior, lo que supuestamente es la plaza de la ciudad ahora es el sinónimo del desorden y suciedad.

Las autoridades aún no son capaces de entender que la ciudad ha aumentado en población, que el espacio de la plaza de la ciudad ya no es el adecuado para el desarrollo de una feria por aniversario abarrotado de comercio, juegos de diversiones y de visitantes de distritos aledaños; acaso son faltos de sentido común que el beneficio de una minoría es el perjuicio de muchos habitantes vecinos a la plaza de la ciudad. Las noches convierten a las vías en playa de estacionamiento de autos y automáticamente en baños públicos, el orine y excremento son infaltables en esta mal llamada feria tradicional. Quienes fungen de autoridad tienen que dejar de lado el beneficio personal y velar por la seguridad y salubridad ciudadana, acaso no conocen el concepto de prevención, sería bueno que la autoridad y sus mal denominados asesores se levanten de sus cómodos sillones Luis XVI y se den una vuelta en horas de la noche y a primera hora de la mañana y se permitan inhalar los olores fétidos que trae consigo su gran feria tradicional; el divino nos acompañe y que el hacinamiento de personas que se suscita en horas de la noche no termine en tragedia, recién estamos recuperándonos de una pandemia y es notorio que el espacio de nuestra plaza ya no es el adecuado para realizar festividades de aniversario del Distrito, que los caprichos antojadizos no atemoricen ni apasionen a nuestras autoridades, que la razón prime, que la visión de desarrollo los ilumine, que el orden, limpieza y buena organización se conviertan en prioridad para nuestro ya alicaído y destrozada comunidad. 

Aunque ya este año la suerte está echada, debido a que las autoridades de turno y de causalidad, en ese vivir de espalda al ciudadano y en esa falta de sentido común han vuelto a ser difusores del desorden, inseguridad e insalubridad, esperamos que la nueva gestión que inicia sus labores el año venidero, con rostros nuevos tengan una visión diferente de ciudad, aprendiendo a dejar de lado los beneficios personales y aprender a gobernar para la ciudad y el ciudadano, que nuestro distrito vuelva ser meritoria la denominación de capital comercial del sur medio, que en su condición de profesional de la salud intente impartir salubridad y limpieza, que su arduo batallar por lograr el sillón municipal no caiga en vacío y termine haciendo nada, que el poder no lo obnubile impidiendo mirar la ingrata realidad actual de nuestra ciudad. 

Estoy convencido que no existe ciudad difícil de gobernar, lo que si existen son ciudadanos sin intención de avanzar, ciudadanos que ingresan a ser autoridades y ocupan una zona de confort que los vuelve faltos del sentido de visión y audición para ver y oír el clamor ciudadano y ese querer una ciudad diferente no sea parte de lo que manifestará Calderón de la Barca “la vida es sueño” y nuestro anhelo ciudadano sea realidad solo cuando somos acogidos por los brazos de Morfeo y terminemos despertando y expresando “solo era un sueño”.

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